Las Meninas

Las Meninas de Velázquez

Es un cuadro de estilo Barroco. El Barroco fue un periodo histórico en la cultura occidental comprendido entre 1600 y 1750 aproximadamente (sXVII-XVIII). Se sitúa entre el periodo Renacentista y el Neoclásico. Destacaron obras en el campo de la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música. La Iglesia Católica europea tuvo una fuerte influencia y reaccionó contra muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y una religión paralela dentro del propio catolicismo dominante: la Reforma protestante.
La estética barroca se caracteriza por la ornamentación y los contrastes. Supone el abandono de los ideales renacentistas.
Biografía del autor
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 6 de junio de 1599 – Madrid, 6 de agosto de 1660), fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y figura indiscutible de la pintura universal. Se trasladó a Madrid y a los 24 años fue nombrado pintor del rey (Felipe IV), y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo a partir de entonces consistía en pintar retratos del rey, de su familia, así como otros cuadros para decorar las mansiones reales. Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a partir de 1631, pintó grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se volvió más esquemático y abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró con el retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las Hilanderas.
Las Meninas como obra artística.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española una menina se define como: Dama de familia noble que desde muy joven entraba a servir a la reina o a las infantas niñas.
Las Meninas es un cuadro, también llamado “La familia de Felipe IV”, obra del artista español Diego Velázquez, fue pintado el año 1656, y actualmente expuesto en el Museo del Prado de Madrid.
En primer término, muestra la infanta Margarita, en una perspectiva posterior aparecen otros personajes, incluido un autorretrato del propio Velázquez. El artista resolvió con gran habilidad todos los problemas de composición del espacio, la perspectiva y la luz, gracias al dominio que tenía del tratamiento de los colores y los tonos, y la gran facilidad para caracterizar a los personajes.
Un espejo situado en la parte del fondo de la pintura refleja las imágenes del rey Felipe IV de España y su esposa.
De izquierda a derecha tenemos a María Agustina Sarmiento que está haciendo una reverencia y le ofrece una bandeja plateada con un jarrito a la infanta Margarita de Austria que se encuentra en el centro del cuadro y es una niña de seis años de edad. Margarita acepta con su mano el jarrito y nos observa con su mirada infantil.
Un poco más a la derecha vemos a otra menina, Isabel de Velasco, que también muestra sus respetos mediante una reverencia. La siguiente es Maribárbola, una enana de origen alemán, que también nos mira. En el extremo derecho, Nicolasillo Pertusato, que parece un niño pero también era un enano, dándole una patada a un gran mastín tumbado en el suelo. Aparece un pintor en la obra, Velásquez que se dispone a pintar a los reyes. Esta sujetando un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda. Se ha representado a sí mismo muy elegante. Delante de él está la parte posterior del lienzo sobre un caballete. En segundo plano, detrás de las meninas, hay dos personajes: Marcela Ulloa, guarda menor de damas y un caballero sin identificar que sería un sirviente de la corte y que tiene las manos juntas mientras escucha la conversación de la dama. Al fondo, una puerta de madera se abre a una estancia más iluminada y José Nieto, aposentador de la corte, está en las escaleras, no sabemos si viene o se va. Lleva un sombrero en la mano y viste una elegante capa negra. La intensidad de la luz hace brillar la escalera, la puerta y a José Nieto. Colgado en la pared hay un espejo en el que se refleja la luz y donde el rey y la reina aparecen con un cortinaje rojo. No sabemos si están posando para Velázquez o si entran en ese momento en la habitación. La estancia es amplia y de techo alto, sería el estudio del pintor y por eso hay grandes cuadros por las paredes. Hay ventanas en la pared derecha y están alternativamente abiertas y cerradas. Resalta la luminosidad con la que pinta a la infanta Margarita y el detallismo con que representa a los demás personajes.