Hoy como ayer, mañana como hoy,
y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar...andar
Moviéndose a compás, como una estúpida
máquina, el corazón.
La torpe inteligencia de cerebro,
dormida en un rincon.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe,
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que, incesante, con el mismo tono, canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae
y cae, sin cesar
ASí van deslizándose los días,
unos de otros en pos;
hoy lo mismo que ayer...; y todos ellos,
sin gozo ni dolor
Ay!, a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
Amargo es el dolor, pero siquiera
padecer es vivir!
Gustavo Adolfo Bécquer
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dimarts, 12 de gener del 2010
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Me gusta, me gusta. Espero que estés satisfecha con tu poema. No dudo de que habéis trabajado mucho, pero los resultados son formidables.
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