dimarts, 25 de maig del 2010

Redacció Pelis III

Anterior a la Guerra Civil:
El maestro de esgrima


La historia está ambientada en el Madrid del siglo XIX. Desde el punto de vista político, aparece la crisis de la monarquía de la reina Isabel II, con el avance de las ideas republicanas encabezadas por el general Prim.
Esta inestabilidad política hace que el pueblo se manifieste en las calles, la guardia civil carga contra todo aquel opuesto al régimen monárquico. Aparece la represión y las intrigas políticas entre los nobles partidarios de distintos bandos.
La película ambienta con bastante fidelidad el realismo del siglo XIX y sus costumbres, sobre todo las de las clases altas, como las tertulias en el café, el casino, la ópera o las clases de esgrima para nobles ociosos.
Refiriéndonos a la esgrima, el protagonista de la historia, es un prestigioso maestro de este arte. Don Jaime de Astarloa, dedica su vida al conocimiento y manejo de las armas de filo, sobre todo el florete. En sus últimos años, subsiste dando clases de esgrima a nobles.
La historia da un giro cuando inesperadamente una dama, Adela de Otero, le pide que le enseñe una estocada certera y mortal, que solo él conoce. La mujer gracias a su inteligencia consigue que el maestro acepte enseñarle a perfeccionar su esgrima.
A partir de aquí, la historia se complica ya que Adela buscaba aprender la estocada para asesinar a rivales políticos que poseen documentación que incriminan a la persona para la cual ella trabaja. Finalmente Astarloa posee el último documento que Adela necesita eliminar ya que compromete a su mentor. Se baten en duelo y el maestro da una estocada mortal a la joven.
Aparece en la obra una crítica al cuerpo de policía, el inspector es un personaje poco serio y que aprovecha la situación cuando esta se presenta.
El tema de fondo que aparece también en la obra es el del honor, presente en el maestro de esgrima, los tiempos están cambiando, las armas y también los hombres.


Durante la dictadura:
La escopeta nacional


Esta historia utiliza una cacería para parodiar la España franquista.
Los protagonistas, son una pareja de catalanes, un industrial, Jaume Canivell y su amante que pagan una cacería en una finca de Madrid para así poderse codear con gente influyente, ya que el industrial catalán busca hacer socios para avalar su negocio de porteros electrónicos.
Los marqueses, amos de la finca, aparecen como personajes esperpénticos, faltos de educación, sin dinero pero con un título nobiliario. Los aristócratas y políticos del régimen aparecen como “vampiros”. Un personaje asegura: “la vida social tiene su momento estelar en las cacerías”.
Mientras dura la estancia de los personajes en la finca, aparecen retratados diferentes ámbitos sociales, la cena, la cacería, la mansión, la iglesia y la figura del cura, los políticos, sus debilidades y sus envidias.
La gente del régimen aprovecha cualquier situación para apropiarse de unos ingresos como es el ejemplo del bingo, si alguien gana, voluntariamente se le obliga a donar el premio a una entidad “benéfica”.
Resumiendo, aparece una sociedad falsa, vacía, que solo busca aparentar y su poder está únicamente en su título nobiliario y en las posesiones que ha heredado.


Democracia
Torrente, el brazo tonto de la ley

Torrente es un policía nacional expulsado del cuerpo. Representa al antihéroe y acaba siendo un personaje esperpéntico. Carece de cualidades positivas, en cambio es el esteriotipo del borracho, malhablado, racista, machista, franquista, ultranacionalista, fascista, aficionado a las prostitutas... Su forma física es nula y carece de puntería con un arma de fuego. Cuando hace la ronda nocturna presencia robos, extorsiones, agresiones y decide castigar a un inmigrante que coge restos de comida en un contenedor.
En una ocasión presencia un atraco en un supermercado pero su postura no es la de un policía defensor sino que elude la situación, aprovecha la confusión para robar lo que puede, sale del local y se va a comer tranquilamente.
Torrente, malvive en un apartamento viejo, sucio y desordenado, con su padre, un hombre inválido del cual se aprovecha. Viven de la pensión del enfermo y de la limosna que éste intenta conseguir a diario en la calle.
Su momento de gloria parece llegar cuando descubre por error a una banda de narcotraficantes que utilizan un restaurante chino como tapadera. Torrente decide desmantelar la banda para así conseguir regresar al cuerpo y reúne a unos adolescentes del barrio, amigos de su vecino el pescadero, para lograr su objetivo.
Finalmente en el momento de la entrega de la droga, todo se desencadena de forma surrealista: los narcotraficantes se matan entre ellos y desaparece el maletín con el dinero, que Torrente ha robado haciéndose pasar por herido para huir en ambulancia.
La película es una parodia sobre la policía nacional española, ya que el protagonista encarna todos los males y vicios de la sociedad del momento. También se critica el abuso de autoridad de este cuerpo más represor que protector.

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